Un estudio de la consultora internacional CB Insights, en el que encuestaron a 156 startups que habían fracasado comercialmente para conocer cuáles fueron las causas de esto, determinó que la principal respuesta fue «no hay necesidad de mercado».

Qué cosa más extraña, pero cierta. De acuerdo con el estudio mencionado, un 42% de los emprendedores culpó a este factor por el fracaso de su negocio. En ese sentido, es clave entender que las startups tienen éxito cuando son capaces de resolver un problema real de los usuarios.

Aún no se dónde está ese lugar físico o digital que funciona como una verdadera cueva para jóvenes que son hábiles con tecnología, que tienen empatía para buscar problemas y que en sus carreras profesionales los han ido formado en temas de negocios

Lo anterior, sin ninguna duda es un problema de formación, solucionable, pero que debe ser intervenido en las «escuelas» de startups, tal y como se hace en muchas otras actividades o industrias. Por ejemplo, en el deporte existe el CAR, que es un complejo deportivo, ubicado en Santiago, diseñado para asistir en forma integral a deportistas de élite, con modernas técnicas de apoyo al entrenamiento, que consideran variables físicas, deportivas, psicológicas y sociales. Ese es un buen lugar para corregir temas de formación en los deportistas, pero en el caso de los jóvenes fundadores o futuros fundadores de startups chilenas, ¿dónde está la cantera o la «escuela»?

Mi amigo y gurú personal Inti Nuñez, siempre me dice que las aceleradoras e incubadoras deberían ser como verdaderos gimnasios para startups y obviamente tiene toda la razón, pero sigo pensando que aún no se dónde está ese lugar físico o digital que funciona como una verdadera «cueva» para jóvenes que son hábiles con tecnología, que tienen empatía para buscar problemas y que en sus carreras profesionales los han ido formado en temas de negocios.

Mucho se habla -y se critica erróneamente- de que las startups que crecen mucho o que se convierten en «unicornios» no dejan algo en Chile, ya que se van al extranjero, pero este centro de innovación público y gratis, que sería como una fábrica de startups o «unicornios», podría solucionar esa mala sensación

También pienso que ese mismo lugar podría ser de mucha utilidad para un ex gerente que decide
emprender o para un profesional con un doctorado que deja la investigación para unirse a la creación de empresas. ¿Dónde está ese lugar en Chile?
Un centro de innovación publico y gratis, para startups desde fase idea, con mesas de trabajo, café e internet, con tutores voluntarios, como los profesores de un gimnasio y con un lugar abierto para charlas en el mismo lugar.

Es clave aclarar que ese espacio que está en mi cabeza, al cual le digo publico y gratis, no tiene porque ser estatal, puede también ser privado con acceso público, ya que las startup crean mucho valor corporativo. Mucho se habla -y se critica erróneamente- de que las startups que crecen mucho o que se convierten en «unicornios» no dejan algo en Chile, ya que se van al extranjero, pero este centro de innovación público y gratis, que sería como una fábrica de startups o «unicornios», podría solucionar esa mala sensación que va quedando en el colectivo social. Lo digo porque perfectamente podríamos «salir de la caja» y hacer algo que no nos gusta mucho, pero con esfuerzo se puede.

En ese contexto, creo que este centro debería estar regiones, sí dije bien, en regiones, en comunas chicas. Con una buena alianza con una empresa de telecomunicaciones nacional para tener conectividad de primer nivel, podríamos tener esta escuela de startups en Mulchén, Cabrero, Los Vilos, Melipilla o cualquier comuna pequeña, donde jóvenes promesas de la tecnología, tomen su computador y mochilas, dejen las grandes ciudades y se vayan a entrenar a estas «escuelas» en comunas pequeñas. Así podrán ayudar a pymes locales, asesorar a las personas y también convivir en esa comunidad como unos verdaderos nómades digitales.

Se podría dejar de levantar una o dos convocatorias semillas de Corfo al año para financiar centros regionales para startups. A lo mejor genera mas valor entregar competencias y relación con ecosistema que un capital inicial. Podemos sumar la posibilidad de que una de todas estas promesas levante capital y, si se va a las «grandes ligas», podría dejar algunos derechos de formación para autofinanciar la «escuela»

Creo que esto es generar valor, ya que las startups deben siempre pensar que el cliente va
en el centro y es lo principal de su cadena de valor. Es más, mi experiencia anterior me dice que crear y mantener un centro de esta naturaleza, tendría un costo cercano a los $180 millones anuales y, si pensamos en tener solo en regiones y no en Santiago, podríamos pensar que aproximadamente son menos de $3.000 millones anuales para todo Chile, con 15 refugios digitales para startups en todo el país.

En simple, se podría dejar de levantar una o dos convocatorias semillas de Corfo al año para financiar centros regionales para startups. A lo mejor genera mas valor entregar competencias y relación con ecosistema que un capital inicial. Podemos sumar la posibilidad de que una de todas estas promesas levante capital y, si se va a las «grandes ligas», podría dejar algunos derechos de formación para autofinanciar la «escuela» de cual el mismo egresó, tal como se hace en el fútbol.

Puede sonar raro, es una mala o buena idea, pero algo hay que hacer para tener un refugio
para nuestras futuras startups. Los emprendimientos solo se deben permitir retroceder para afinar la puntería, pero ese entrenamiento para ajustar el tiro, debe tener un buen «gimnasio» y hoy en día no tenemos un lugar publico y gratis, en el que entre un joven con una idea y salga con una startup, es decir no tenemos una fábrica de startups.