Con el capital la startup validará si el material antimicrobiano que desarrolla es de características circulares y puede ser reutilizado. En paralelo, el emprendimiento acaba de abrir una ronda serie A por US$ 5 millones que proyectan cerrar a fines de este año.

Copper3D, startup que desarrolla materiales antimicrobianos para la industria de impresión 3D a partir de Investigación y Desarrollo (I+D), está a un paso de convertirse en la primera empresa chilena en ser proveedora de la NASA, esto tras adjudicarse un nuevo fondo de la agencia aeroespacial estadounidense por US$130 mil.

Este es el tercer fondo de la NASA que la startup chilena gana, cuenta Daniel Martínez, cofundador y director de innovación de Copper3D que se fundó en 2018 en las salas de clases de un máster de Innovación del cual Martínez era alumno junto a su cofounder Andrés Acuña: «‘Hackeamos’ los materiales de impresión 3D, como el ácido poliláctico, y los combinamos con aditivitos de sales de cobre. Con los materiales que creamos a su vez se pueden imprimir objetos antimicrobiales que se comporta como un antibiótico».

Así, en septiembre de ese mismo año y mientras también hacia su debut comercial a través de la venta a empresas distribuidoras-modelo de negocio que hoy continua- , la startup se adjudicó un primer fondo con el que validaron la capacidad antimicrobiana de la innovación y en 2019 sumaron un segundo capital de la NASA con el objetivo de testear que el material servía para fabricar en órbita un set de dispositivito médicos.

«Tenemos un acuerdo de colaboración con el laboratorio de biomecánica de la Universidad de Nebraska y con ellos hemos hecho trabajos de validación del material y hemos postulados a los fondos. Los dos primeros fueron fondos entre US$ 50 mil y US$ 100 mil (…) Uno de los problemas que tiene NASA es que en misiones espaciales de larga duración, es decir, de más de seis meses, los astronautas sufren un problema de desregulación del sistema inmune y se ven más susceptible a contraer infecciones virales o bacteriales y el que se enfermen en orbita es un problemón», indica el emprendedor.

De Chile a la Estación Espacial Internacional

En esa línea, con el tercer fondo la startup dará un paso más allá: llegar por primera vez a la Estación Espacial Internacional para probar la circularidad del material, «queremos validar que podemos hacer varios ciclos de reciclaje y re fabricación de objetos y medical devices. Por ejemplo, con un kilo de material fabricar algo en el espacio con las impresoras 3D y, una vez que ya hayan sido utilizados, moleros y transformarlos en filamentos para convertirlos en nuevas cosas. Queremos testear qué pasa con las propiedades antimicrobianas, ver si se pierden o se mantienen en el tiempo. Estimo que estas cualidades podrían durar al menos tres o cinco ciclos de re fabricación», explica Martínez.

Y 18 meses es el tiempo predefinido para la ejecución del nuevo proyecto, que dará inicio en las próximas semanas y que durante los primeros meses se realizará en el Centro Marshall de vuelos espaciales. «Los dos fondos han permitido validar que los materiales se pueden usar en ambiente sin gravedad. En 15 meses más la idea es enviar material, la última pata del proyecto se ejecuta en órbita», dice el emprendedor, que detalla que proyectan que se fabricarán objetivos, como ortesis. Finalizado esto, la startup apunta a convertirse en compañía promovedora de NASA: «Eso sería un hito, seríamos la primera empresa chilena con un contrato».

Daniel Martínez también director de Innovación, Andrés Acuña es CEO, y Claudio Soto es director médico.

En paralelo a sus planes vinculados a la I+D aeroespacial, la startup continua con su tracción comercial. Hoy ya tienen una red de 35 distribuidores, con los que llegan a otros clientes, que principalmente son universidades, laboratorios y clínicas, principalmente de Estados Unidos, Europa y Asia. Además, el emprendimiento abrió una ronda serie A por US$ 5 millones que proyectan cerrar a fines de este año, «queremos expandir el portafolio de materiales (hoy tiene cuatro) hacia algunos más de uso de ingeniería para biomedicina, por ejemplo, que sean implantables», señala Martínez sobre el foco del capital. Asimismo, están ad portas de lanzar un nuevo material en formato de resina.

Para este año la startup, que será parte de Expo Dubai, busca facturar del orden US$ 2 millones, en 2020 fueron casi US$ 800 mil.