En febrero la fundadora del emprendimiento viajará a Asia donde busca conectar con fondos de venture capital y explorar posibilidades de inversión, para una ronda por cerca de US$ 3 millones que apunta a cerrar en marzo de 2022.

Tomar data a partir de sensores, predecir con machine learning e Inteligencia Artificial (IA) y entregar un reporte sobre qué cambios debe hacer una planta productiva de cara a alcanzar una mayor productividad y disminuir sus costos: ese es el camino que logra «dibujar» la startup Altum Lab, a través de una plataforma llamada Bruna que ofrecen a empresas de diversas industrias como un SaaS, innovación que desde julio comenzó a ser acelerada por una de las aceleradoras de startups más importante del mundo, 500 Startups.

Madeleine Valderrama, que cofundó Altum Lab en 2017, detalla que postularon a la entidad global, específicamente a la aceleradora con base en Singapur, y que hace dos semanas le confirmaron que había sido seleccionada: son la primera startup local en entrar. «Empezamos esta semana el programa, somos parte de la cuarta generación y durante agosto y septiembre es todo online, somos diez startups y hay una de Brasil. Desde febrero a abril de 2022 es presencial», cuenta Valderrama que en el verano viajará a Singapur para la última etapa del proceso y para un demo day donde podrán conocer a inversionistas que se sumen a la ronda que actualmente están buscando levantar, por cerca de US$ 3 millones y que tienen proyectada cerrar en marzo de 2022.

En 2019 ya apalancaron US$ 100 mil con devlabs y el año pasado US$ 400 mil con Angel Ventures, devlabs y CompuSoluciones. Con el último capital, lograron abrir México en julio recién pasado y para este año también están explorando debutar en Canadá y Asia. Estos mercados se suman a Perú y Brasil donde ya tienen presencia, pero con partners.

«Recibimos un par de ofertas, pero nos cambio el escenario ser seleccionados en Singapur. Estábamos mirando a México y Estados Unidos para levantar capital, pero el que nos hayan abierto las puertas en Asia nos cambia el escenario. Al terminar el programa tenemos tres metas: ver si vamos a abrir oficinas en Asia o trabajar a través de un partner, tener un potencial cliente y generar contactos con inversionistas», afirma la emprendedora.

Madeleine Valderrama, cofundadora de Altum Lab.

Todo partió con harina de pescado

Actualmente Bruna es utilizada por siete compañías de tres principales industrias, la minera, de alimentos y acuícola y, si bien hoy esta última usa la plataforma para, por ejemplo, mejorar las cosechas de salmones, en un principio la innovación apuntaba a un área muy diferente del sector. Valderrama cuenta que en sus inicios la startup solo usaba la solución para empresas que producían harina de pescado

«El algoritmo optimizaba las mezclas de harina de pescado, las plantas regalaban cerca del 20% de su producción porque no tenían control de lo que salía, el producto que generan era muy variable, había empresas que regalaban desde US$ 2 millones a US$ 20 millones al año. A pesar del impacto de la solución, teníamos pocos clientes», sostiene Valderrama.

Eso hasta 2019 cuando la startup entró a una convocatoria con foco en minería y pivoteó su solución: «Ahora le decimos a las empresas ‘mira de aquí a las próximas ocho horas te va a llegar cierto tipo de material y para poder tener un producto con la calidad que necesitas tienes que resetear tu planta de esta manera'». En esa línea, hoy trabajan con grandes mineras, como CAP y pesqueras, como Camanchaca. Para 2021 buscan cerrar con diez clientes y facturar seis veces más que 2020.